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el periodico de saltillo

Marzo 2018

Edición No. 349


Peña Nieto a su salida (2)

Augusto Hugo Peña Delgadillo.


Me voy a montar en la opinión de Salvador García Soto en su columna del Universal de marzo 4. Dice: “Un enfrentamiento tan frontal y visceral como el que sostiene el gobierno de Peña Nieto contra Ricardo Anaya, solo puede tener su origen en un rompimiento entre las elites del sistema político. Si Anaya fue el opositor consentido por mucho tiempo de Peña, y tuvo una cercanía estrecha con Videgaray. Se dice que incluso lo financiaba en su carrera política”. ¿Qué fue lo que ocurrió para que hayan roto los puentes y hasta los “pactos” que el hoy candidato había hecho con Peña Nieto y Videgaray en Los Pinos en aquella reunión secreta a media noche del 20 de enero del 2017? Esto es lo que se está averiguando y tratando de dilucidar.

 

“Una historia que confirman fuentes cercanas a la presidencia -dice García Soto- explicaría como fue el proceso de ruptura que llevó a la situación de encono y guerra total que sostienen Peña Nieto y el candidato que va en segundo lugar en las encuestas. En realidad el rompimiento con Anaya es consecuencia de otra ruptura mayor: Una entre el presidente Peña Nieto y el ex presidente Carlos Salinas, que se produjo a finales del 2016, y el origen fue el control de la sucesión presidencial que hoy está en marcha”. En noviembre del 2016 cuando Claudia Ruiz Massieu formaba parte de la nomenclatura del PRI, hubo rumores que la influyente canciller, era aspirante a la candidatura de la presidencia por el PRI. La heredera del Clan Salinas era impulsada por todo el Grupo Político de Salinas, debido a la debilidad que mostraban los prospectos de Peña Nieto, tras la caída de Luis Videgaray debido a su error de invitar a Trump a Los Pinos, en agosto.

Los movimientos del Grupo Salinas impulsando a la señora Ruiz Massieu le disgustaron a Peña Nieto, y para anular a Salinas de Gortari y su Grupo compacto y extendido, cometió un error garrafal. Quiso hacer lo que hizo Zedillo cuando metió a la cárcel a Raúl Salinas para quitarse de encima el peso de Carlos su hermano. En este caso puso a un idiota, a Alberto Bazbaz a investigar por lavado de dinero a Emiliano Salinas Ocelli, hijo de Carlos Salinas, y Bazbaz comenzó a rastrear e investigar a Emiliano Salinas por transferencias financieras internacionales con su Asociación In Lak Ech en la que “aparentemente” había irregularidades y probables ilícitos.

Bueno, y eso, preguntémonos, ¿Qué tiene que ver con su encono, impudicia y virulencia contra Ricardo Anaya? Que cuando Carlos Salinas se enteró que se investigaba a su hijo, desde Londres trató de hablar con Peña Nieto del asunto y no hubo manera de contactarlo. Salinas vino a México y se entrevistó con Peña Nieto en Los Pinos y no estuvieron solos, ahí estaba Videgaray. Preguntó, ¿por qué investigaban a mi hijo?, y le mostraron transferencias al parecer irregulares de su hijo. El mensaje fue más que claro, lo que Peña/Videgaray querían es dejarlo fuera, era sacar a Salinas del juego sucesorio, y dejar que Peña Nieto decidiera quien sería el que le sucediera

Todavía con estas explicaciones, no entendemos claramente que tienen que ver los ataques inmisericordes de Peña Nieto por medio de la PGR y la Secretaría de Gobernación contra Ricardo Anaya. El rompimiento Peña Nieto con Salinas creció el 4 de enero del año pasado; Claudia Ruiz Massieu fue despedida de la Secretaría de Relaciones Exteriores y Luis Videgary fue resucitado al ocupar la cancillería. Mientras esto sucedía, existió un acercamiento clarísimo entre Carlos Salinas y Ricardo Anaya por medio del ajonjolí de todos los moles, Diego Fernández de Cevallos, quien se convirtió en el D´Artagnan que defendería a capa y espada a Ricardo Anaya contra los “malvados” de Los Pinos, la PGR y la SEGOB. ¿Logrará el colmilludo de Fernández de Cevallos que Peña Nieto le haga los mandados a Ricardo Anaya? Creo que sí, porque para el papel que Carlos Salinas le ha encomendado, no sólo pondrá al servicio de Ricardo Anaya y Diego Fernández de Cevallos, a Athos, a Porthos y a Aramis, Carlos Salinas cuenta con un arsenal de mañas, un mundo de dinero y de poder incluso dentro del propio gabinete de Peña Nieto, del PRI, del PAN, del PRD y de MC.

Ahora ya vamos entendiendo -más o menos- cuál es el problema de Peña Nieto contra Anaya y de Anaya contra Peña Nieto. Lo único que disgusta a la ciudadanía es que se ensucien las elecciones. Voy a decirlo: por culpa de Peña Nieto que no supo entender que arriba de él había otra fuerza más poderosa, la de Carlos Salinas de Gortari y su Clan. A causa de todos estos laberínticos casos de desencuentros políticos, el sistema político mexicano se está reacomodando. Peña Nieto y su grupito de ineptos quedarán fuera del rejuego político verdadero, el PRI se va porque se va al carajo y Peña Nieto y algunos de quienes le acompañan, probablemente, terminarán tras las rejas. ¿Y esto es bueno o malo para la salud de la república y sus instituciones? Como puede que sí, puede que no, lo mejor es qué quien sabe.

Sólo nos falta aclarar el por qué fue un error garrafal investigar por medio de Alberto Bazbaz al hijo de Carlos Salinas. El error garrafal, fue, considerando que Alberto Bazbaz es un funcionario de medio pelo, torpe y mal intencionado. Él fue el encargado de la investigación para encontrar a la niña Paulette, hija del matrimonio Gebara Farah. ¿Y eso que tiene de malo? Que Alberto era el procurador de justicia del estado de México, en donde sucedió la supuesta desaparición de Paulette, ¿y por qué el procurador linchó en los medios de comunicación a la madre por descuidada tomando parte a favor del padre? Porque el matrimonio estaba en un proceso de divorcio y el señor Gebara era socio de Bazbaz y del propio gobernador, entonces Peña Nieto, en negocios de bienes raíces. La procuraduría a su cargo no investigó, tomó partido a favor del padre de la niña y expuso a la señora Farah, su madre, a un linchamiento mediático. Esto nos dice que Alberto Bazbaz es torpe, deshonesto e incondicional de Peña Nieto. Y si no llegó a un caso concluyente positivo en el asunto baladí de la niña Paulette, ¿lo logrará contra Ricardo Anaya, Fernández de Cevallos, Carlos Salinas y otros personajes de peso completo? Apuesto dos a uno que no. O, ¿usted qué opina, apreciable lector?

 
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